¿Podemos pensar a las OSC como Estructuras de Acogida?

A pesar de que las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) tienen ya algunas décadas de existencia, todavía nos falta mucho por estudiar, reflexionar y escribir sobre este sector y esto se debe a las múltiples formas de organización que existen, las causas sociales que atienden, el impacto que tienen con sus acciones, los recursos que generan, la información generada, etc.

Es en esta diversidad que invitamos a pensar a las OSC cómo “Estructuras de Acogida”. Dicho término es acuñado por el filósofo, antropólogo y monje Lluis Duch y lo podemos entender como el espacio en cuyo interior el ser humano puede poner en práctica relaciones de afecto, de transmisión de conocimientos y valores, de resiliencia, etc., para hacer posible la integración de las personas en el cuerpo social, la adquisición de una identidad individual y colectiva y la construcción individual y colectiva de los sentidos de existencia que permitan al ser humano afrontar situaciones de contingencia (Duch, 2002).

Hay tres tipos de Estructuras de Acogida: la primera tiene que ver con la familia (codescendencia), la segunda con el espacio público/tejido social (corresidencia) y la tercera con las creencias y prácticas simbólicas (cotrasendencia).  Por poseer como característica la articulación de la acción con la vida pública, el enfoque de esta reflexión se centra en la corresidencia. Por corresidencia podemos entender a aquellos espacios creados por el ser humano para relacionarse con los demás, incidir en el ejercicio de toma de decisiones colectiva y construir un sentimiento de pertenencia y protección ante el entorno impredecible y azaroso de la vida cotidiana.

Las agrupaciones sociales que hemos ido generando para sentirnos y hacer sentir a los demás aceptados y protegidos las podemos encontrar en expresiones como los grupos de amigos de la escuela, trabajo o vecindario o de manera más institucional como los colectivos, cooperativas, sindicatos, asociaciones civiles, etc. En este sentido, podemos entender a las Organizaciones de la Sociedad Civil como aquellos espacios de asociación que pueden estar o no estar formalmente constituidos, que son integrados por personas (ciudadanos) con intereses comunes con respecto algún tema y que su ámbito de acción de la vida social es para el beneficio colectivo.

Por el origen y orientación de las OSC el cual busca beneficiar a las y los demás a través de actividades de asistencia social, educación, salud, cultura, promoción y defensa de los Derechos Humanos, cuidado del medio ambiente, etc., es que podemos pensar a las OSC como Estructuras de Acogida, pues dichas organizaciones acogen causas y personas que muchas veces se encuentran excluidas o en los márgenes de la sociedad, el mercado y el Estado, que atraviesan alguna situación de vulnerabilidad y que encuentran en estos espacios, un ambiente de apoyo no sólo para la satisfacción de necesidades básicas, sino espacios de crecimiento, de expresión cultural y artística, de atención a la salud emocional, de respeto a las diversidades, todas aquellos elementos requeridos para que el ser humano pueda alcanzar su máximo potencial y desarrollo personal .

 

Duch, L. (2002). Antropología de la vida cotidiana. Simbolismo y salud. Madrid: Trotta.

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